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miércoles, 24 de abril de 2013

Temor de madrugada



Lentamente se dirigió al balcón para escuchar más de cerca aquel sonido extraño que no la dejaba dormir. Mientras daba un paso tras otro, notaba que el sudor salia de su cuerpo repentinamente, frio y espeso caía al piso al son de sus pisadas hasta que, llegada al balcón logró concentrar toda su atención ahí, inquietamente  paralizada, aguantando la respiración, con el corazón ardiendo y en el éxtasis del momento, un silbido penetrante, muy parecido al que causan los vientos sobre los espesales y llanuras o las altas construcciones, o en lo elevado del monte, pero más fuerte, más vivo aun, que aquel natural le adormeció el sudor.