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martes, 28 de mayo de 2013

El animal que soñé ser.



Caminaba sin darme cuenta que el frio ya penetraba mis pies. Caminé sin darme cuenta que lo hacia por encima de cualquier cosa. Caminé descalzo sobre las latas mojadas, caminé lento mientras sospeché de la nada. ¿Era de día o de noche?, ni aquello me detuve a pensar, no sé, tal vez mi serenidad era absoluta, ¿necesitaba saberlo? Parece que no, porque todo estaba claro ante mis ojos, sin brillo pero existía nitidez, sin luces pero en definidos contrastes y sombras muy bien delineadas; con trazos pero sin gruesas pinceladas de arte nocturno en el bastidor de la madrugada entrante.

lunes, 20 de mayo de 2013

La virgen desnuda. (parte II )



Ya era de mañana nuevamente y no podía entender por qué el silencio permaneció durante las primeras horas del día, escuchaba solo el silbido de algunos pájaros y el ruido de mis pulmones respirando profundamente. Confuso, de alguna manera estaba advertido sobre el bullicio que dominaba los días de aquellos pueblos de la montaña. Mi ayudante, originario de San Carlino se veía preocupado, lo noté por que se escabullía en ese mismo silencio desolador, pero me atreví a preguntarle – Bejancho, oime ¿vos que tenés?- -Na’ jefe, pero no hable de vírgenes ¿oyó?- Yo me acuerdo de eso Bejancho, pero no entiendo ¿porque me decís esa vaina otra vez?- Jefe, hoy es el día.- ¿el día de qué? – hoy jefe, nos jugamos la fé … la fé!! .

jueves, 16 de mayo de 2013

La virgen desnuda. (parte I )

Cuando llegué, la primera advertencia fue una sentencia - no hable de vírgenes por estos lugares amigo-.  Un día antes, sentado en plena discusión con migo mismo, habían pasado ya cuatro horas desde que me preparé a esperar el bus. No comprendí las palabras de mi ayudante cuando me dijo que a las diez de la mañana salíamos, su lenguaje ametrallador me dio a entender que la hora de partida sería a las seis de la mañana. El peso de los constantes días de trabajo me golpeaba la espalda, ¡cuánto quise haber escuchado bien!, o simplemente pedirle me repitiera para descansar un rato más en el hospedaje que encontré a dos cuadras de donde esperaba el bus. La noche fue corta, no puedo negar que aquella cama en la que dormí me dio una tranquilidad que ya extrañaba.

viernes, 10 de mayo de 2013

El hogar de los gusanos rojos.


Apresurado entre arbustos llenos de energía queriendo aplazar el  momento,  me vi envuelto en un viaje sin destino, agazapado con la intención de permitirme estar sin estar, una nube blanca me atrapo en un sueño extraño y confuso. Mi lucidez solo aparecía en fugaces momentos de impotencia, mientras veía correr frente a mis ojos luces incandescentes a la velocidad de quien escapa a la desgracia. Pero en el letargo de mi agonía presentía que al final el sinsentido que experimentaba no me reservaba desdicha alguna, tal vez sería una oportunidad de esas raras para encontrar lugares nunca vistos y de mejor paradero.