Hacía 15 minutos que la dejé al frente de su casa. Nos despedimos como
era costumbre en las gradas que dan a la puerta, unos cinco escalones
que subió y luego entró, pero justo antes miró atrás y se despidió de
nuevo con una sonrisa. Yo seguía mi camino a casa pensando en ella,
miré mi reloj negro, el mismo que me regaló mi hermana un mes atrás,
calculando ya 25 minutos de recorrido. El piso húmedo, la llovizna
permanente casi arruina la cita de hoy, la suerte y el clima permitieron
que ella pudiera salir esta noche que amenazaba con mojarnos las
ilusiones. Todo era perfecto, desde que entré a la casa de lucero para
pedir permiso y salir hasta ese momento extraño, apenas justo cuando mi
reloj marcó las 11 de la noche, las cosas no serian como de costumbre.
Estaba inquieto y por eso miraba el reloj varias veces mientras regresaba a casa, y en la 5 ocasión, a las 11 en punto, en la esquina donde están las apuestas deportivas, a 7 cuadras de mi casa, un golpe sacudió los postes de energía y el cableado explotó en chispas amarillas amenazantes. Tapé mi cara por instinto, pero de inmediato la curiosidad me destapó una escena para nunca olvidar: los cuerpos sin vida de dos mujeres entre las latas que acompañaban su viaje, y un hombre a 8 metros moviendo las manos pidiendo ayuda desesperadamente. Los vecinos, corriendo todos, llegaron al lugar de la tragedia, llamando ambulancias, a policías. Algunos llorando, otros gritando y yo, simplemente paralizado.
Ese accidente no era normal, el taxi en el que al parecer viajaban las mujeres tenía un golpe en la parte de atrás que ocasionó su muerte instantánea, el taxista incluso por ese golpe salió disparado de la puerta, pero la parte delantera estaba intacta para conectarlo con el golpe a los postes de luz. ¿Cómo se ocasionó la explosión del cableado? Nunca ayudé, solo pensé que algo andaba mal. La escena explicaba que, el taxi habría sido embestido desde atrás, pero no existía ese otro carro, ni había relación del accidente con el poste de energía.
Sonó mi celular, Contesté ¿hola?, me preguntó ¿estás bien? -¿Eso creo, sí, estoy bien, escuchaste el ruido? -¿qué ruido? -del accidente, hace unos minutos-respondí.
-¿Accidente? No, sentí un presentimiento extraño y solo pensé en vos.
La distancia no le permitió escuchar el bullicio del momento y bueno, ese presentimiento no estaba tan lejos de la realidad. Aquel hombre fue asistido, llevado en ambulancia mientras que una pinza hidráulica permanecían sorprendidas por el trabajo que le tocó esta noche, “salvar” los cuerpos de dos desdichadas mujeres.
Me desperté temprano con mayor curiosidad, me levanté de la cama busqué un café, preparé un desayuno ligero y salí trotando, me separaban 7 cuadras del siniestro. Al llegar, lo primero en mirar era el poste metálico que sostiene el cableado, intacto, completo. Los cables en su lugar y el piso sin rastros de accidente, es decir, sin frenadas, vidrios rotos, nada. Entré a la panadería de la otra esquina, al frente de las apuestas, saludé al propietario para iniciar la conversación.
- espantoso el accidente de anoche, vecino. Pero ya recogieron y arreglaron todo.
- ¿de qué accidente me hablás, hijo?
Estaba inquieto y por eso miraba el reloj varias veces mientras regresaba a casa, y en la 5 ocasión, a las 11 en punto, en la esquina donde están las apuestas deportivas, a 7 cuadras de mi casa, un golpe sacudió los postes de energía y el cableado explotó en chispas amarillas amenazantes. Tapé mi cara por instinto, pero de inmediato la curiosidad me destapó una escena para nunca olvidar: los cuerpos sin vida de dos mujeres entre las latas que acompañaban su viaje, y un hombre a 8 metros moviendo las manos pidiendo ayuda desesperadamente. Los vecinos, corriendo todos, llegaron al lugar de la tragedia, llamando ambulancias, a policías. Algunos llorando, otros gritando y yo, simplemente paralizado.
Ese accidente no era normal, el taxi en el que al parecer viajaban las mujeres tenía un golpe en la parte de atrás que ocasionó su muerte instantánea, el taxista incluso por ese golpe salió disparado de la puerta, pero la parte delantera estaba intacta para conectarlo con el golpe a los postes de luz. ¿Cómo se ocasionó la explosión del cableado? Nunca ayudé, solo pensé que algo andaba mal. La escena explicaba que, el taxi habría sido embestido desde atrás, pero no existía ese otro carro, ni había relación del accidente con el poste de energía.
Sonó mi celular, Contesté ¿hola?, me preguntó ¿estás bien? -¿Eso creo, sí, estoy bien, escuchaste el ruido? -¿qué ruido? -del accidente, hace unos minutos-respondí.
-¿Accidente? No, sentí un presentimiento extraño y solo pensé en vos.
La distancia no le permitió escuchar el bullicio del momento y bueno, ese presentimiento no estaba tan lejos de la realidad. Aquel hombre fue asistido, llevado en ambulancia mientras que una pinza hidráulica permanecían sorprendidas por el trabajo que le tocó esta noche, “salvar” los cuerpos de dos desdichadas mujeres.
Me desperté temprano con mayor curiosidad, me levanté de la cama busqué un café, preparé un desayuno ligero y salí trotando, me separaban 7 cuadras del siniestro. Al llegar, lo primero en mirar era el poste metálico que sostiene el cableado, intacto, completo. Los cables en su lugar y el piso sin rastros de accidente, es decir, sin frenadas, vidrios rotos, nada. Entré a la panadería de la otra esquina, al frente de las apuestas, saludé al propietario para iniciar la conversación.
- espantoso el accidente de anoche, vecino. Pero ya recogieron y arreglaron todo.
- ¿de qué accidente me hablás, hijo?
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